4 de junio de 2007

A 31 años del golpe de Estado

En medio de la intensa búsqueda por encontrar a Jorge Julio López, el primer desparecido en democracia, se cumplen 31 años del golpe militar más violento que sufrió la República Argentina.




Por: Daniel Piscicelli

El 24 de marzo de 1976 la historia del país cambió para siempre: el gobierno de facto liderado por el general Jorge Rafael Videla (ejerció la presidencia entre 1976 y 1981), el almirante EmilioMassera y el brigadier Orlando Ramón Agosti comenzaba el auto denominado “Proceso de Reorganización Nacional”, que con el tiempo abrió heridas en la sociedad, además de perjudicar la economía y las industrias.
Las Fuerzas Armadas anunciaron en ese momento las ganas de reconstruir un país dividido política y socialmente, y su propósito de formar una auténtica democracia republicana.
En ese contexto asumieron la totalidad del poder, que repartieron entre las tres fuerzas. (Ejército, Armada y Naval).
Para poder ejecutar su plan, los militares realizaron medidas que consistieron en suspender la actividad política, prohibir las asociaciones de izquierda y volver a imponer la pena de muerte. Además se intensificó la represión ilegal de activistas de cualquier movimientos social.
En un primer momento, el golpe institucional fue recibido con alivio por gran parte de la sociedad, a raíz los sucesos que venía soportando el país, años atrás. Luego pasó el tiempo y la gente comenzó a abrir los ojos, y a manifestarse en contra de ese régimen autoritario, que con el Mundial de fútbol, que organizó en 1978 trató de sacar de foco lo que sucedía para mostrarle al mundo que la Argentina era una nación “derecha y humana”.
Uno de los grupos que más resistió la envestida política y la represión de los militares, fue el de “Las Madres de Plaza de Mayo”, quienes una vez que se terminó el período del proceso denunciaron ante organizaciones de derechos humanos la desaparición de 30.000 personas.
La guerra que Argentina mantuvo con Inglaterra por la posesión de las Islas Malvinas, en 1982, fue el principio del fin de ese período; ya sin respaldo en la sociedad y con poco respuesta por parte de naciones, que un primer momento habían avalado la intervención de las Fuerzas Armadas, el poder pasó a manos del general Roberto Viola.
Tras una corta presidencia de Viola, asumió el general Leopoldo Galtieri, famoso por haber proclamado, bajo lo efectos del alcohol, un discurso en el que declaró formalmente la guerra a los ingleses. “Si quieren venir que vengan, les presentaremos batalla”, había dicho.
El general Ricardo Bignone tuvo a su cargo la última etapa de ese gobierno militar, que concluyó, en 1983, con las elecciones. Con la vuelta a la democracia se comprobó la existencia
de centros clandestinos de detención, donde los militares torturaron y asesinaron a miles de personas.








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